El Internado es una serie con limitaciones
Martín Rivas está creciendo, en la serie de la que es protagonista e interpreta a Marcos y también en la vida real, casi licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Santiago. El hijo del periodista y escritor Manuel Rivas, ya ha trabajado en el cine con la película Los girasoles ciegos, pero sigue centrado en la serie El Internado, que le ha catapultado a la popularidad.
¿Sacabas buenas notas en el cole?
Sí, siempre me ha gustado estudiar.
¿Qué tal van tus estudios de Comunicación Audiovisual?
Cada vez me queda menos, sólo tengo pendientes dos asignaturas para licenciarme.
¿Estás estudiando en Madrid?
No, estoy cursando la carrera en Santiago de Compostela, porque empecé allí y no me convalidaban todas las asignaturas en la universidad en Madrid.
¿En qué momento histórico te gustaría vivir?
En 1950, que no se corresponde de ningún momento histórico preciso pero es el momento cuando nació el Rock and Roll, me gusta la forma de vestir, el cine del momento y haber conocido el mundo antes de la globalización.
¿Un artista al que admires?
Jean Michele Basquiel, un pintor afroamericano y Picasso.
Si tuvieras que escribir el guión de El Internado, ¿cómo lo enfocarías?
Es una serie que tiene unas limitaciones porque todos los personajes estamos aquí encerrados y esto te limita mucho para el guión, es muy difícil de superar. Yo daría aire a la historia, porque no salimos de estas paredes y eso implicaría más personajes. Me gustaría que se supiese más de mi padre.
¿A quién pondrías como traidor?
Me pondría a mí mismo, pero no sería coherente con la trama...
¿Crees que en todos estos años de El Internado has crecido como actor?
Sí, quiero pensar que sí. Soy un actor con pundonor.
¿Eres autocrítico?
Sí, pero siempre de puertas para adentro.
¿Cómo calificarías tu carrera como actor?
PA: progresa adecuadamente.
¿Te ves mucho después de grabar?
Lo justo, es una forma de corregir fallos. Siempre comprobar si he conseguido el objetivo, el punto que me había planteado. Soy meticuloso.
¿Has estudiado interpretación?
Sí, pero no creo que sea necesario. El error está en establecer un paralelismo entre la fama y la calidad del actor. Me sorprendo cuando voy al teatro y veo a actores que no salen al gran público y son de una calidad extraordinaria.
¿Qué es lo que más te gusta de ser actor?
A mí lo que me gusta de la interpretación es que es un arte del happening, del aquí y ahora.
¿Cómo llevas la presión de aparecer en una serie tan seguida?
Antes el público eran 10 o 15 personas, ahora son 3 millones. La presión es mucho más grande. A mí me gusta hacer cursos de interpretación para ir mejorando.
¿Cómo fue la experiencia en el cine?
He aprendido a no esperar proyectos a raíz de cosas que haya hecho en el pasado. Me limito a pasármelo bien en lo que estoy haciendo. El premio ha sido lo bien que me lo he pasado en el cine. No ha habido ningún cambio en mi vida profesional.
¿Qué proyectos tienes a la vista?
Ninguno, sólo El Internado.
La nueva alumna se siente atraída por ti...
Pues no sabe dónde se mete. Todavía no hemos llegado a grabar nada juntos.
¿Cómo llevas la fama?
Estoy aprendiendo a llevarlo de la mejor manera posible. No me incomoda, no me gusta estar en sitios que no me apetece estar, pero es algo que escapa a mi control y prefiero que no me atormente. Cuando estoy en un acto público sé que habrá fotos y procuro comportarme de la forma más agradable y correcta posible, y eso es parte de mi trabajo.
¿Cuál es tu motivación?
Mi motivación es mi sueldo.
¿Eres supersticioso?
No, nada. Soy muy terrenal en ese sentido.
¿Cómo te ves en el futuro?
No me lo planteo.
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